3.24.2008

Inés Infante 55


Inés Infante abre un ojo de chimenea, brasas en vientre de ballena y lunares marrón arena de playa, soledad punzante al otro lado del oído, olor a sal y vino saliva de una hormiga, pseudo paseo paz y sonidos de viento.

Se acomoda Inés en un cuerpo incómodo, retuerce un pañuelo en cloroformo y ceniza, acto terrorista del cuerpo que se le antoja, hipo de los hombros que se redondean debajo de una coctelera de migas de pan, donde se agitan, las palabras heridas.

Inés Infante está dentro de una bola de cristal, bailan copos en la oscuridad en movimiento rectilíneo, plumas del edredón descosido se alborotan en la noche, tejado rojizo, no es Inés, no es…juega entre los espacios vacíos, se sube a una pluma de nieve para volar, mientras, se aplana el universo redondo, la bola plana donde alucina, las 364 razones metidas en una botella de agua azul…la nieve cosida a su ombligo, sus sueños…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No tiene buen color Ines Infante en esa foto... Pero queda mucho más personal el texto.

Toni

Inés Infante dijo...

jajaja. Se han instalado los tonos fríos en Inés, se solidifica el agua en su día día, esta asustada...

Un poema descriptivo :) y un beso


Duele lo mismo

Llueve,
torrencialmente sobre una lápida de mujer madera mujer
que tiembla de acantilado,
flota una gota de nada en su nariz en su traquea encima de la cama
un dedo se clava en su cabeza,
torrente de pena
y llueve,
sobre la mujer madera mujer que vive sólo en un la balada
y en su voz,
erradicada a la torpeza y los indultos
al insulto de sentirse mujer madera y mujer
donde cagan los pájaros,
encienden hogueras los mendigos
y calientan los medios dedos que asoman
en sus guantes mugrientos,
donde se siembra la duda
la traba el tintineo del cascabel
serpiente que la muerde,
llueve,
en el quejido del aire que se cuela por el ancho pie
pantalón del pijama,
torrencialmente llueve y no hay remedio
no hay pastilla ni droga que cure la herida
de la mujer madera mujer en su agujero,
pasan las horas y duele lo mismo
la espalda rota la coctelera en el pecho
la duda duele,
se retuerce la mujer en un aullido
y el silencio acantilado eco dolores
maría y puta duele siempre lo mismo.

Inés Infante dijo...

Gracias por la lluvia, Toni

gota a gota,

Inés