12.30.2007

Inés Infante 50



Busca Inés Infante ranuras de masa gris y se deslizan las ganas con el líquido raquídeo descendiendo hasta su ombligo, núcleo esencia de la herida y carne cicatriz, úlcera de pecho hermetizándola en la madera hambrienta de carbón, voracidad del agua empapando el papel en la cueva donde habitan los poetas.

Inés Busca castora la miga que deshace su pulso y cerrándose la puerta de la jaula chirría golpeando el aire, se perturba Infante en la anarquía de las agujas y el tiempo es un laberinto donde siempre pierde, sometida al caos volando en una corriente intuitiva desorientación de alas adyacentes a la inconsciencia.

Busca razones en el frío que imperturbable mira y resguarda en su pavimento la tristeza
de los adoquines ojos de espejo en Inés Infante, la rudeza encallada a la vida despertando el verso libre de la cuna, llanto recién nacido en su derroche, en la estrechez que lo atañe y la necesidad de ser lamido incesantemente en su infinita fertilidad.

En la hondura busca en el instinto de loba meciéndole el mediodía con la luna a cuestas y un susurro entre bambalinas, anda Inés de puntillas silente aproximación de una palabra a otra y una curva curiosa de la muerte, desnuda, abriéndose indiferente a los astros para robarles luz conceder fuego y verterse afluente en su regazo.

12.29.2007

Inés Infante 49



Inés Infante es una sin techo, disfruta una eterna y profunda desubicación alarido de un cielo helado, peso en verso de un cuello atragantado en el recorrido de su columna vertebral, pecho del lecho malherido de Inés, obstrucción en base a una maltrecha cantata, anodina, afincada a la unas alas sin vuelo y sin, siente Infante el destierro de un amor malsano, comensal sin cubiertos de sopa fría, reflejo de la lluvia amontonada en el plato del padre que no sabe ser, de la desviación de una falda.

Inés Infante 48



Vive un escritor en la calle más uno de Inés Infante, sueña música en la rocalla de sus paredes y mete Inés su nariz por el rombo de las letras, un escritor vive, en una calle más uno lentamente indaga Infante una vida sin buzón, a través de su puntiaguda nariz enredadera en la rocalla roca del ya, en las árabes notas que entretejen la presencia del, en un paso más dos, uno menos tres, Inés, alargamiento de esfinge y letras de rombo sin destino.
Escucha Inés Infante el nombre del escritor en los labios de una mujer, en la mano una carta y en los ojos una ausencia y el paso Infante más lento y uno más, la voz de enfrente verifica el domicilio, retroceso, y sigue sin haber buzón…vive un escritor a tras de paredes rocalla.
Atenúa el sonido de la casa un motor suave, paso menos dos, se para Inés Infante, paso más uno, apoya rocalla y gira la punta de su nariz, puerta sí y puerta, morro deportivo y pelo cano, en las notas y la danza del vientre y en la simetría un escritor vive, conducen sus manos la más bella amante española en el último tono del arco iris, acaricia el movimiento en una calle más uno una nariz puntiaguda y una casa sin buzón.

12.13.2007

Inés Infante 47


Inés Infante tiene un no entre el pero y el sí, lo mima entre silencios de algodón sin mirarlo a los ojos para que no le lloren, le falta a Inés, no lo encuentra por ningún rincón de la memoria y lo pinta en sueños con palabras, pinta Infante el sí azul, levanta la cabeza y tiembla de acantilado.

Hay un pero entre las dos primeras costillas de Inés, lo mira borroso erguirse de buena mañana y ni lo saluda, le da un empujón y cae sobre la alfombra de ropa sobre los azulejos de suelo porcelánico y ajeno, se hace daño en las muñecas, en el presente, le duele el suelo que pisa y tiembla de acantilado, abre la puerta y un vendaval le arranca la ilusión del cuerpo.

Y un no, embrión del seísmo que la sacude toda la noche como a una niña con fiebre, una perra parturienta y como a una gilipollas, Inés Infante abre la ventana y un cartel publicitario con un gigante no, no ves no miras no coges perspectiva no lees lo que escribes lo suficientemente alto…un no de pupilas congelándole las manos y tiembla de acantilado, abre la puerta y un vendaval le arranca la ilusión del cuerpo, presiona su pecho adelgazándole la traquea y la pena se vuelve palabras y las palabras...

A Inés Infante le falta un sí entre el pero y el no.

12.10.2007

Inés Infante 46



Inés Infante se petrifica en una gota de resina, cristalizado en ámbar su pecho a pinceladas, se agita alma gitana el duende gimiendo en los oídos de Inés, Infante en sus raíces aire, te de in que la atormenta, grieta en do de sueño. Se petrifica en una gota de resina Inés Infante, ámbar del cristal de su pecho, láminas de néctar quimérico marcando el ritmo a tras de muñecas y vértebras y ver que tras Inés corre una sombra con sombrero.

12.02.2007

Inés Infante 45


In es Infante en sus dos íes, se siente bola gusano siente se, In es agua a gua gua, chop, chop, va desapareciendo en su silencio humo desaparecido de va, gua gua es In, vierte su Infante de ver sin te, chop, chop, en sus dos íes infante In es.