11.15.2007

Inés Infante 43



En el único día y la única noche de la vida de Inés Infante se aglomeran todos sus días con todas sus noches, empiezan a granizar letras sobre una pantalla negra, el cansancio dolor de sus párpados henchidos moldeando un toldo escamoso, el interior de un suspiro que la atraganta, el trazo del humo de la cara interna de sus muñecas. Muñeca hiriente, mundo de mundos en el costado de Inés, anudado a su cuello como una serpiente de cascabel haciendo sonar la ausencia, el enésimo intento de encender el mechero.

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