Inés Infante desorbita en su abismo, se retroalimenta de letras para subsistir, le duelen los ojos, la aprietan los huesos y se destiñen sus colores transparentando la propia piel, se mira Inés de reojo para comprobar que aún existe, no es una broma macabra… Inés Infante líquida, mientras, se ahoga.
9.22.2007
Inés Infante 38
Inés Infante desorbita en su abismo, se retroalimenta de letras para subsistir, le duelen los ojos, la aprietan los huesos y se destiñen sus colores transparentando la propia piel, se mira Inés de reojo para comprobar que aún existe, no es una broma macabra… Inés Infante líquida, mientras, se ahoga.
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