8.19.2007

Inés Infante 29

Inés Infante cuelga con alfileres trozos de folio en una pared invisible, observa sentada en la cama el resultado global y cada uno por separado; Puede partir algunos en trozos más pequeños pero seguramente se corte las manos. Si hace mucho frío Inés se lleva la pared a la calle, abre la puerta de casa y la saca torpemente, la mete en el coche ahuevado y arranca, se le ha abollado la chapa del acompañante en el empeño, pero a Inés le gusta llevar la pared por si llueve, y llueve…la tapicería es una capa de aire calido altamente sensible a la humedad, de ruidos en el silencio, de silencio en el desgaste de los asientos…el coche de Inés Infante es agua que cae mientras, con las manos en el volante, trata de pasar el limpia por la retina.

2 comentarios:

Eva Gaos dijo...

Inés me regala hilos y aguja, y no me habla, me mira, seria; sus manos abiertas en aful adornadas de viejas cicatrices, cicatrices de otros hilos, de otras agujas.
Sabe Inés que yo no se coser? O a lo mejor es que lo sabe de sobra.

Inés Infante dijo...

Tus pequeños dedos de uñas cortas cosen en hilo de colores una bufanda que no deja los huecos de Inés a la intemperie...Pingüina costurera.