8.31.2007

Inés Infante 34



Viaja Inés Infante con un pingüino, cuando se le abre un agujero en las muñecas el pingüino levanta su aleta derecha y vierte copos de nieve sobre ellas; Si se tropieza con una piedra invisible le deja caer y dobla la cabeza mientras redondea sus ojos atravesando las ojeras de Inés.

Un pingüino acaricia el alma de Inés Infante las noches de luna nueva, Inés coge aire en la exhalación del pingüino…


¡Felicidades, María!

1 comentario:

Eva Gaos dijo...

El pingüino se gira de unica lagrima, luego le roba a la luna el cordon umbilical para hacerle un collar a Ines, en ese instante Ines huele a dar.