11.09.2008

Inés Infante 74

Inés Infante se pregunta por su sombra, por su cara de niña mala y las secuelas que le dejaron los residuos tóxicos en su esqueleto, acostumbra Inés a preguntarse… infringe la barrera de hielo de su pecho y se ama, un segundo dos segundos tres, sonríe a la pantalla, se aglomeran idioteces en las estanterías de su cerebro que no deja de sonreír, hay caminos nuevos y una luz enorme, una casita verde y un pelo cano que la invita a relajar la palabra, a recibirse cortésmente, a educar a los elfos estúpidos que roen sus tobillos, a escupir a las sanguijuelas, y a ser…

Ebrios Milicianos